“Defensa Zebra” se postuló el pasado año por méritos propios como uno de los debuts más sorprendentes del indie nacional. Sorteando con desparpajo –y no poca sorna- las posibles comparaciones con éxitos foráneos como Vampire Weekend y Animal Collective o nacionales como El Guincho, los mallorquines se sacudían la etiqueta de afropop psicodélico hilvanando una suerte de prog rock atávico tan valiente en su premisa como sólido en su puesta en escena. Y sí, amigos y amigas, también se baila de lo lindo.