Al calor del cancionero es un espectáculo en el que dos personajes buscan a quíen entregar un tesoro compuesto por nuestro cancionero tradicional. Esta metáfora búsqueda-tesoro nos sirve como excusa para hacernos preguntas acerca de la tradición, de lo aprendido, de lo pasado: ¿aceptar, olvidar, valorar? Pero tanto la anécdota de la función, como la lectura más profunda de ella, sirven para poner en valor nuestro cancionero que estimamos un tesoro por su calidad y diversidad. Estambre y Bastilla, cestero él, exploradora ella, están en mitad de la nada. Un árbol, un camino, sus cestos, su memoria, su pensamiento y emociones es lo único que los rodea y acompaña en un viaje en el que no se desplazan físicamente, pero que les hará encontrar a quíen entregar su tesoro. Las versiones musicales de las canciones se han realizado respetando la sonoridad original utilizando para ello instrumentos tradicionales: cucharas, cedazo, botella, pandero, pandereta, guitarra, castañuelas, sartén, llaves, campanas y otros pequeños elementos de percusión.. Nuestra intención al elegir esta manera de interpretar el cancionero es iniciar en el conocimiento del folclore a los niños y niñas, y descubrirles los sonidos tradicionales. Las canciones interpretadas gozan de diferente popularidad actualmente. Incluimos algunas muy conocidas como Estaba el señor don gato y otras mucho menos populares como la Nana del cestero, pero todas ellas las interpretamos con instrumentos acústicos y recreando lo que imaginamos que escuchaban nuestros abuelos.