Desde la cuna nos acompañan las canciones infantiles. Melodías amables llenas de historias que madres, abuelas y/o familiares cercanos nos han transmitido desde siempre. En esta ocasión los cantacuentos se acompañan de una intérprete de lenguaje de signos, a fin de que cumpla una doble función: para un público convencional, es decir, oyente, y la integración al mismo tiempo de la comunidad sorda. El repertorio escogido incluye un ramillete de canciones y cuentos alegres, energéticos, interactivos: El reino del revés, La hormiguita, En el monte hay una casa, El duendecillo y la flor, Yo quiero ir al campo, Manuelita, Debajo un botón, Canción de la Vaca, El brujito de Gulugú. Todo ello acompañado de la acción escénica de dos actores/cantantes y la presencia de personajes sorpresa como animales de peluche y con el soporte de dibujos en clave de cantos de ciego. Esta puesta en escena tiene como objetivo recuperar las canciones populares de toda la vida y dar a conocer otras nuevas. Por ello, podemos concluir que es un evento repleto de actividad artística pues incluye palabra, música, objetos, interpretación, pintura y psicomotricidad.