En plenas vísperas del cumpleaños de la Reina Rafaela, el Rey Ramón, encargado de organizar el menú de la celebración, sufre un terrible dolor de muelas. Su afán por todo tipo de comida y la rotunda negativa ante la posibilidad de visitar al dentista, obligan a la Reina y a Bernardo, el bufón de la corte, a tomar cartas en el asunto. Mientras Bernardo trata inútilmente la muela del Rey con remedios caseros de su tatarabuela, la Reina nos trae el cuento de “Pedro, el dientecillo valiente”: un niño que conservaba su dentadura en perfecto estado gracias a una adecuada higiene bucal.