Una muestra de ingenios, de distintos motores básicos, que se ha llamado "mínimos" porque solo tienen aquellas piezas indispensables para funcionar. La simplicidad de su funcionamiento, sin embargo, noe stá reñida con su gran eficiencia y con el absoluto desempeño del propósito por el que fueron pensados y, después, creados. Con el tiempo, se han ido convirtiendo en máquinas de gran complejidad que son de difícil comprensión para la mayoría.
Convertir la energía en movimiento ha sido una cuestión recurrente en el pensamiento humano. Un ejemplo paradigmático de ello es el caso del motor de explosión que se encuentra en los coches y en muchos otros vehículos. Tan solo aprovechando el calor generado por combustión de la gasolina se logra mover el aparato y recorrer grandes distancias. Los problemas que años después de su creación se derivan de ello, como la polución, por ejemplo, mueven a buscar otras soluciones partiendo del propio principio de aprovechamiento energético.
En esta muestra se encuentran motores mínimos que sirven para explicar de forma simple y educativa cómo construir motores eléctricos solo con una pila y dos imanes, o qué artefactos permiten convertir la luz en movimiento, entre otros.
A través de quince "motores mínimos" accionados por el calor, la luz o la radiación calorífica, se descubren fascinantes fenómenos físicos, adentrando a los participantes del taller en el mundo de la tecnología de la mano de extraordinarios científicos a quienes debemos, por ejemplo, el motor de Faraday, de Estirling, de Lorenz ¡y mucho más!
A cargo de Marc Boada, Asociación Pendulum.
Actividad recomendada a partir de 6 años.