Las huellas son un testimonio del paso del tiempo, una presencia que es posible reconstruir cuando este ha abandonado la escena. También el cuerpo refleja los efectos de la naturaleza, con indicios como las rozaduras y cicatrices, las durezas, el desgaste o la piel bronceada por el sol.
Los participantes en el taller colaborarán en la construcción de un bosque de huellas, marcas y rastros, creando un escenario donde se hacen presentes las personas, los animales o las cosas que ya no están.