Hechizados por la belleza de la Alhambra, los malvados Cocus han decidido apoderarse de sus tesoros: la luz, el agua, los sonidos, los colores, sus poemas ... Y, como reza la leyenda, luego destruirla, apoderándose de la llave de La Puerta de la Justicia y ofreciéndosela a la mano. El Sultán, Molamil, pedirá la ayuda de Maoleta y Acerolo, guardianes de las cosas bonitas, para que, junto a los niños y niñas y utilizando la magia de unos y otros, eviten el plan de los temibles Cocus y conservar, así, el monumento.