En un antiguo castillo, el rey, los soldados y una princesa. Parece el principio de una vieja historia donde cada personaje tiene su rol y el guion ya hace tiempo que está escrito. Pero si uno de ellos cambia de rumbo (“Soy el príncipe azul. He venido a salvarte” ”¿A mí? ¿Por qué?”), los demás pierden los papeles y han de reubicarse. Teatro de títeres, música andina de Cacharpaya, el pincel indígena de las marionetas y un retablo cambiante invitan a vivir este cuento que reivindica el derecho a ser uno mismo.