Actividades que promueven fundamentalmente la educación emocional a través del juego, actividad que está íntimamente ligada a la autonomía y el movimiento.
El juego ayuda a ser, a expresar, a sentir y vivir la experiencia de la aventura, del descubrimiento, de la sorpresa, de la maravilla, del riesgo, de saltar el obstáculo, vivir el desafío de superarlo.
Esta experiencia de autonomía y movimiento que nos da el jugar en grupo va a permitir una expresión corporal y emocional beneficiosa para el niño, además de prevenir conflictos que se pueden dar en etapas posteriores como la adolescencia.
Este espacio está pensando para niñas y niños de los 5 a 8 años de edad.
El trabajo es eminentemente vivencial desde un enfoque sicodramático, donde se sigue el ritmo particular de cada niño respetando su forma y manera de estar, su expresión y movimiento, con el objetivo de potenciar las capacidades y habilidades genuinas y auténticas (creatividad, imaginación, atención, expresión verbal y física, etc.) del niño o la niña y fomentar así su salud física y emocional.