El mundo capitalista digital ha caído. Los jóvenes han hackeado todos los antiguos servidores y han creado un nuevo software ético llamado Animal Farm. En este nuevo mundo digital, habrá una red social donde sus avatares serán animales, con sus propios mandamientos, lenguajes y trends. Se creará una comunidad llena de ética digital y transversalidad.
Una de las más conocidas máximas del libro, «Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros», permite nuevas lecturas imposibles en la época de Orwell tales como los derechos de los animales. Hay algo de intemporal y casi trascendente en esta fábula: la posibilidad de un mundo sin amos y un sistema de convivencia radicalmente distinto.
Esta permanece en esta nueva versión que se sitúa en un futuro distópico de 2035 e incorpora elementos como el papel de los jóvenes, el ciberactivismo, el control social a través de las redes sociales y la inteligencia artificial. Una reflexión sobre la sociedad actual, inmersa en la digitalización -incluso adicta a ella-, y sobre adónde nos dirigimos como tal. Una experiencia donde los espectadores vivirán la revolución en primera persona y se adentrarán en la coyuntura de decidir dónde reside la felicidad, la justicia social y el bienestar común.