Yincana romana para familias. Inscripción previa en web.
La disciplina augural tenía mucho prestigio por su especial vinculación con Júpiter. Es él quien se sirve de las aves para dar a conocer su voluntad. Desde finales de la II guerra púnica y, durante las guerras civiles del siglo I a.C., se produce una novedad: las aves irrumpen en el ámbito del prodigio dando señales a los jefes del ejército o a los magistrados supremos. Sus apariciones serán interpretadas por los augures y por los arúspices; los signos muchas veces no necesitarán la intervención de los sacerdotes. Irrumpen en las grandes batallas de este período, anuncian las muertes de personajes como César, Cicerón o Agripa o se decantan por un bando en la lucha política. Augusto se servirá de las aves para consolidar sus aspiraciones políticas y militares y combatir a sus enemigos recurriendo en particular al águila con un doble fin: progresiva identificación con Júpiter y su uso como ave dinástica vinculada a algunos miembros de la familia imperial como Druso o Tiberio. Además de la exhibición de aves en ciudad y campo, se analizarán aspectos religiosos vinculados a ellas en la Roma de Augusto: el problema de su consumo, su sacrificio y su inclusión en las prácticas mágicas.