PABLO ROSAL/COMPAÑÍA LOS DESPIERTOS
Tres personajes ante el devenir del mundo haciendo un ejercicio de freno y resistencia, muestran en escena, cual aula magna, las virtudes de esa conversación que disuelve cualquier límite.
A la fresca se propone enaltecer las paradas en el camino, las suspensiones de cualquier propósito, la amplitud del error. Nada resulta más obvio en el siglo XXI que el hecho de que estamos ocupados, que necesitamos estarlo y que es la única y última justificación y sentido que le hemos dado a la existencia contemporánea.
A la fresca es un (d)espacio para dignificar el reposo, para ensalzar algo tan elemental como el parar, el desconectar de las lógicas del mundo y los sujetos triunfantes y generar un oasis donde la imaginación se expanda.