VII BIENAL DE ARTE FLAMENCO DE MÁLAGA
El alquimista vive por y para la transformación del metal en oro a través de su Piedra Filosofal. También realiza un viaje interior en la búsqueda de las verdades espirituales más profundas. Antonia Contreras realiza un proceso parecido en el momento que toma un poema en sus manos y le pone su voz. Transforma ese estado de letargo en algo vivo y plausible a través de su extraordinaria capacidad vocal. Con su hogar como laboratorio y Juan Ramón Caro como fiel escudero, han creado un repertorio nuevo para la ocasión para goce y deleite del público asistente, junto al majestuoso baile de Carmen Camacho y la elegante percusión de David Galiano. Los elementos de la Naturaleza son eternos e imperecederos; de suma importancia en la Alquimia, que nos hablan de energías y jerarquías.
Éstos son representados por cada uno de los componentes del espectáculo: Fuego: Antonia es el fuego; esa capacidad innata que posee en su voz que te llega a las entrañas y te purifica por dentro como un volcán de emociones que no tienen explicación. Sólo hay que sentirlas. Agua: Está representada por Juan Ramón. Su guitarra sería el río por donde fluye y navega el desarrollo musical de la obra. Aire: Carmen Camacho representa este elemento, medio en el cuál sus manos y brazos muestran toda su elegancia y flamencura a través de sus gráciles movimientos. Tierra: David Galiano nos da el sustento físico y espiritual del ritmo.