Ego propone la liberación de una cabeza. De la cabeza precisamente de la única intérprete que hay en escena.
Esta propuesta hace un planteamiento de la sociedad actual, llevando a escena temas como las redes sociales, el amor, la familia, la mujer... mediante los lenguajes del cuerpo y de la voz de la intérprete.
La conciencia le lleva a un juego profundo y liberador. Se exponen los sentimientos más hondos de la intérprete mediante su danza y mediante textos escritos por ella y que los expone de diversa manera en tres estaciones. Empieza con el otoño, con su sequedad, después el frío de su invierno y termina con la alegría y calidez de la primavera.