El 40º Festival de Teatro de Málaga acoge la obra de Lluís Garau, en la que encarna a un chaval de 19 de años que vive desde hace dos en un sótano. Convenció a sus padres de que debía ser así por su trabajo como gamer. Pero la realidad es que sus ingresos son a través del sexting, grabaciones porno que sube a OnlyFans, y de las videollamadas sexuales que hace con sus clientes.
Carne nace de la necesidad de representar el cuerpo en la escena física y en la online; y tiene dos públicos, el presencial y el de la web Chatroulette, a modo de voyeur. El protagonista hace un viaje poético a través de su propio cuerpo, en el que desvela sus heridas y la forma abstracta de sus males. Se trata la desconexión generacional entre padres e hijos y el uso de la tecnología. Carne es una puerta a la intimidad de un joven que le pone un precio a su propio cuerpo.