Maldito Veneno
Paulino recibe una noche la visita de Carmela desde ese lugar donde viven los muertos antes de ser olvidados. A partir de ese momento, Paulino irá reviviendo de una forma real los episodios pasados recientemente con Carmela.
Paulino y Carmela son dos artistas de variedades que han pasado la línea del frente nacional en plena batalla de Belchite en busca de morcillas sin que nadie se de cuenta. Para salvar su pellejo acceden a hacer una Velada Artística Patriótica y Recreativa ofreciendo un espectáculo de variedades a los hombres del bando sublevado para celebrar la toma del pueblo. No saben que entre el público estarán un grupo Brigadistas Internacionales que a la mañana siguiente serán fusilados.
Carmela no seguirá con uno de los números del espectáculo por respeto a estos hombres, motivo por el cual, la vida de Paulino y Carmela quedará dividida para siempre, no solo físicamente.
¡Ay, Carmela! es una obra llena de humanidad, un reflejo de lo absurda que es la vida y lo patética que es la guerra. A través de lo que se conoce como intrahistoria, Sinisterra hace un homenaje a los muertos, a los perdedores, a los fracasados. Aquí no hay héroes, porque el que muere no quería morir, y se va desdibujando en el tiempo, y el que vive queda muerto en vida, adaptándose a un sistema que lo va apagando. Esta comedia de Sanchis Sinisterra es un canto triste a la vida, a la pureza perdida manchada por las bombas y la sangre. Es también un homenaje a la memoria, a una época que no debe repetirse, que no podemos permitir que se desdibuje en el tiempo como Carmela, que se simplifique en el imaginario, y es un canto alegre al teatro y a los cómicos