La joven Caperucita tiene algunos problemas de adaptación social, es algo rebelde y está empeñada en llevar un capa roja pese a que el resto de niñas se ríen de ella.
Un día, su querida Abuela enferma y su Madre decide mandar a Caperucita a llevar comida a la abuelita para que pueda curarse. En el camino, pese a que su Madre le ha advertido de los peligros que puede encontrarse, decide recoger flores y prestar atención a todo lo que aparece ante ella, incluso a un apuesto y encantador "lobo feroz" que la enredará en múltiples juegos y pruebas para conseguir distraerla y así llegar antes a la casa de la abuelita y comérselas a las dos.