Celestina, la tragicomedia aborda la genial obra de Fernando de Rojas desde una interpretación grotesca y del teatro de la crueldad. Los actores permanecen durante todo el espectáculo en escena, bien encarnando los personajes o bien configurando el ambiente escénico y sonoro. Destaca la riqueza de los coros que transportan al espectador al submundo de aquella época, pero que bien pudieran ser de nuestros días. La obsesión por el dinero y el fracaso del individualismo exacerbado resultan tremendamente actuales. Celestina es el personaje femenino más fascinante de nuestra literatura. El humor, el erotismo y los conflictos de clases se dan cita en este apasionante texto que le viene a Atalaya como anillo al dedo.