Homenaje escénico a Chavela Vargas
Alguien dijo que Chavela Vargas mueve los brazos como nadie en el mundo y, estaba en lo cierto. Sus brazos, como alas al viento, esparcen su mensaje cual paloma mensajera para divulgarlo por el mundo. Chavela Vargas es, además de la gran dama de la canción en el mundo, una persona singular y única. Sus canciones son puro encantamiento y sus actuaciones medicinas para el alma. Chavela conquista corazones; nadie en el mundo lo ha “dicho” tan agraciado como ella; todo el repertorio de las más bellas canciones del mundo, en sus labios y en sus brazos son adornos en el universo. El amor, el desamor, la amistad, los corridos, los sueños, las quimeras, las ilusiones; todos los sentimientos han sido desgranados de forma preciosísima en sus canciones.
Chavela revolucionó la ranchera con su peculiar estilo de interpretarla. Cantaba este tipo de canciones, pero lo hacía sola, con apenas una guitarra y con su voz, emulando la forma de cantar de un hombre ebrio. Teñía de desgarro canciones que otros entendían como pícaras o de humor. Fue un personaje a contracorriente desde joven: vestía como un hombre, fumaba tabaco, bebía mucho, llevaba pistola y era reconocida por su característico poncho rojo.
Dirección/idea original: La Pili.
Voz: Virginia Nölting.
Actor: Miguel Ángel Martín.
Piano: Ana Paz.