El 1 de diciembre de 1934, Seguéi Kírov, líder del Partido Comunista de la sección de Leningrado, es asesinado por un pistolero. Su muerte sirve de excusa a Stalin para iniciar una oleada aleatoria de detenciones de todo ciudadano soviético mínimamente sospechoso de ser considerado un contrarrevolucionario y, por tanto, un «enemigo del pueblo».
Lidia Chukóvskaia y Anna Ajmátova se conocen en 1938 durante los peores momentos de la Gran Purga. El marido de la primera, Matvéi Bronstein, y el hijo de la segunda, Lev Gumiliov, han sido detenidos sin motivo aparente. Desde entonces, ambas iniciarán una relación de estrecha amistad que durará toda la vida.