Malabares y malabaristas que se mueven en una cadencia perfecta, en la que se entrecruzan brazos y piernas y se descubre el espacio a partir de unos hipnóticos saltos. Gracias a su singular concepto de movimiento y malabares, entre lo mecánico y lo orgánico, la compañía francesa DeFracto firma uno de los inicios de un espectáculo más brillantes del circo actual. Coreografías laberínticas, semidioses surrealistas y música absorbente forman parte de esta celebración de los seres vivos y minerales. Una relación próspera entre la danza y la manipulación de objetos, con cuerpos que dibujan un nuevo lenguaje, a medio camino de muchas cosas, para situarse en la vanguardia del arte malabar.