Todo está en equilibrio. El Hombre, a veces no. Como Rafael Dante. Su desequilibrio se asemeja al de cualquier otro. Pero su equilibrio no. De un lado de la balanza la técnica, la precisión, la concentración. Del otro lado el disparate, la carcajada, lo imprevisto. A partes iguales, en equilibrio... Como el humor con el respeto, Como el Artista sobre sus objetos. Como nuestro ADN en su estructura, o como el de cualquier verdura.