XX BIENAL DE FLAMENCO.
Cía. Eva Yerbabuena.
“Cerramos los ojos y abrimos la pupila hacia el interior buscando un sonido que acelere un metrónomo interno de mujer, que descienda su pulso, que bombee expansivamente el alma proyectando, a través de la voz y el cuerpo, un arma de guerra en éxtasis de paz. Se trata de encontrarnos (de volver a encontrarnos) y compartir nuestras vivencias y experiencias a través de lo que pueda conmovernos: una simple ola, un mar de notas, un tambor de guerra… y la imagen más simple, más sencilla, con su eterna presencia siempre obviada, transforma la vivencia del lenguaje y subyuga el control a los impulsos. La distancia, en el tiempo y el espacio, quizá nunca existió y unirnos en visiones diferentes nos acerca a la esencia de la vida: existen muchas formas de expresión, pero solo un latido universal”.
¿Hay alguna manera de que personas que hablan lenguajes diferentes y que provienen de contextos culturales que tienen poco en común lleguen a entenderse? Eva Yerbabuena y los artistas con los que trabaja lo han logrado utilizando lenguajes universales como la música, la danza y, especialmente, una espiritualidad que tanto empapa el flamenco que ella conoce bien como la cultura asiática, protagonista de un espectáculo en el cual se combinan instrumentos musicales de tradiciones diferentes.