Club Caníbal.
Sátira política y social que centra su principal argumento en la crítica a las prácticas de tortura animal y que desgraciadamente algunas de ellas, disfrazadas de “tradición”, siguen estando vigentes en algunas partes de nuestro país en poblaciones que siguen ancladas en el pasado y en la barbarie. En este caso se trata de “La volá” el evento que reúne al pueblo alrededor del campanario para ver cómo tiran a una cabra desde lo alto.
El alcalde del ficticio pueblo de Villanueva de la Faca recibe una llamada desde la sede de su partido en Madrid para presionarlo a que termine con dichas celebraciones pero el político insiste en demostrar que aquella tradición no tiene
nada de malo y comienza los preparativos para viajar hasta el parlamento en Bruselas y defender ante la Uniwwón Europea el derecho de su pueblo a tirar una cabra desde el campanario, todo esto sin tener conocimiento del idioma inglés y sin poseer ni una pizca de carisma que pueda acarrear un poco de simpatía ante su propuesta.
La compañía Club Canibal dirigida por Chiqui Carabante crea una puesta en escena que bebe directamente de las influencias patrias de Miguel Gila y Luis García Berlanga al observar con lupa ese costumbrismo tan pintoresco de la España profunda y lo mezcla con unos toques irreverentes y estrafalarios a lo Monty Python.
En el escenario tenemos a los tres únicos y polifacéticos actores Vito Sanz, Font García, Juan Vinuesa que acompañados de algunas piezas de atrezzo y vestuario y de un músico a un lado del escenario van transformándose sin descanso durante
los 65 minutos de duración en los distintos personajes que pululan por el pueblo: señoras cotillas, políticos, actores, cabreros, cabras y diputados del parlamento.
Desde aquí veo sucia la plaza es la primera obra de una trilogía de la compañía Club Canibal en la que ponen en la palestra lo español, con la cercanía y el cariño de los que no pueden evitar ser hijos de esta patria.