Un día, un genio llamado Camarón afirmó que el flamenco no tenía más que una escuela: transmitir o no transmitir.
Este lema es el que se lleva a cabo en la academia de la bailaora Letizia Domínguez acompañada por la maestría de Beatriz Santiago donde como cada año exponen las diferentes coreografías trabajadas en el emblemático barrio sevillano del Cerro del Águila.
La ilusión inunda a todos aquellos alumnos que por fin van a mostrar el trabajo realizado dejándose la piel en cada movimiento y cada paso ,dejando claro que el alma del Cerro no entiende de miedo a los focos ni al público.