¿Qué es ser hombre?
En la cárcel, Molina y Valentín son compañeros de celda. Molina, es una mujer en un cuerpo de hombre, encerrado por seducir a un menor. Valentín es un activista político, que quiere cambiar el mundo torturado durante los interrogatorios. Para escapar de la realidad, Molina evoca películas antiguas, a través de las cuáles en un proceso de identificación con sus protagonistas y secundarios, reflexionan sobre su propia vida y su identidad política y sexual. Un combate interior con muchas heridas abiertas y una pantera que no deja de rugir.
Una historia prohibida que saca a la luz la necesidad de amar del ser humano. Valentín y Molina durante su encierro son compañeros de un viaje existencial, un viaje de liberación. Se trata de un casi thriller que huele a bolero. Mientras fuera de su aislamiento reinan la muerte y la tortura, sueñan un mundo que sigue esperando una revolución. La liberación política pasa por la liberación de los cuerpos.
Este clásico de la literatura argentina contemporánea, escrito por Manuel Puig, ha sido llevado al cine en el año 1986 y, en esta ocasión, ha sido adaptado en su versión teatral por Diego Sabanés.
‘El beso de la mujer araña’ nos habla sobre las relaciones humanas, la dominación de unos frente a otros, de libertad, de identidad, de coacción… En una celda, dos hombres comparten confesiones.
Un consagrado Eusebio Poncela se pone al frente de esta función encarnando a Molina, un personaje que reflexiona sobre las relaciones humanas y saca a la luz la necesidad de amar del ser humano. Un cuerpo de hombre que encierra a una mujer a su vez encarcelada por seducir a un menor. El papel de Valentín recae sobre el actor, bailarín y coreógrafo, Igor Yebra, quien se pone en la piel de un joven activista político con ansias de cambiar el mundo que lo rodea.
Carlota Ferrer dirige esta historia que retrata la batalla interna de los dos personajes protagonistas, una lucha frecuente y familiar para muchas personas que crecen en una sociedad heteronormativa y sienten que van nadando contra la corriente. Todos merecen ser la versión más auténtica y honesta de sí mismos, sin arrepentimientos, pero… ¿cómo se puede hacer eso cuando uno no se conoce a sí mismo?