Tres mujeres esperan la llegada de un autobús con destino a…
Cía Gritaedro Teatro (Madrid)
En un mundo distópico, una sociedad donde la comunicación está prohibida, el otro es el enemigo y el individualismo es ley, tres mujeres esperan el autobus que las llevará, como cada día, al «Gritadero». Pero autobús se retrasa y se ven obligadas a improvisar. Nuestros personajes no saben qué pueden o no pueden hacer; desconocen las reglas del juego, aunque las juegan; desconocen las normas, aunque viven aferradas a ellas; se saltan las prohibiciones, pero las acatan en su imaginario. Se encuentran solas, aisladas, centradas en sí mismas, pero sin verse… (al fin y al cabo para verse hay que mirarse en el otro). Según se construye su realidad, se construye la de las propias actrices, que se ven atrapadas y liberadas en la misma espera compartida con los personajes …
La libertad da miedo, todo está ya pautado. Nos movemos a la vez, muy rápido, sin tiempo para entender. Consumimos, ingerimos los días obedientemente, como un medicamento. Evadimos el dolor, lo anestesiamos, y llenamos los silencios de ruido e imágenes para no escuchar, para no escucharnos. El texto de Guy Foissy evoca tanto las obras de George Orwell, 1984, y de Ray Bradbury, Farenheit 451, como el universo de Beckett en Esperando a Godot.