TIRSO DE MOLINA
Don Gil de las calzas verdes de Tirso de Molina es considerada una de las comedias más complejas del repertorio barroco y una de las más logradas del teatro español de la época, por la calidad de su trama de enredo. Doña Juana se ha trasladado de Valladolid a Madrid disfrazada de hombre para buscar a Don Martín, quien, después de darle palabra de matrimonio, se fue a Madrid con el falso nombre de Don Gil de Albornoz, para casarse con Doña Inés. Doña Juana, para recuperar a su prometido, toma el nombre de Don Gil (que siempre va vestido con calzas verdes) e intenta enamorar a Doña Inés, prometida de Don Gil de Albornoz (en realidad, Don Martín). La comedia se complica, pues Doña Juana tiene que hacer el papel de hombre, como Don Gil, y de mujer, como Doña Elvira, otra falsa identidad que se crea ella misma para poder congeniar con Doña Inés, esta vez de mujer a mujer. Doña Inés va a enamorarse de Don Gil, pero el enredo no acaba aquí. Estamos ante una obra que rompe con los cánones de la época, donde vemos en doña Juana su capacidad de inventiva, de engaño y, sobre todo, su afán por conseguir lo que quiere a costa de lo que sea; descubrimos a una mujer decidida, característica usual en el teatro del Tirso, tan alejado de la mujer sumisa y obediente predominante en la época. A través del monólogo y en sus diálogos con otros personajes, doña Juana se auto caracteriza como mujer fuerte, audaz, feminista incluso, que defenderá su interés sin miedo al fracaso.