PABLO REMÓN/LA_ABDUCCIÓN
Remón, uno de los dramaturgos más innovadores del actual panorama escénico nacional y uno de esos “amigos” que no abandonan el Central, ha decidido esta vez elegir una de las últimas obras —escrita en 1935— de Lorca para dirigir y adaptar un texto no escrito por él. Una pieza que cuenta la historia de una mujer provinciana que se promete con su primo, que tiene que emigrar a Argentina. Ella le espera, sin más.
Tragedia minúscula, donde nada trágico sucede, a la vez que comedia irónica sobre cierta sociedad española de provincias, Doña Rosita es la más chejoviana de las obras de Lorca, y una de las más queridas por él. Para mí, la otra cara de sus tragedias más famosas: una especie de “Cara B” de Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba, donde no hay muertes, venganzas ni crímenes, sino solo el poder corrosivo del tiempo, que arrasa con todo.