Ego propone la liberación de una cabeza. De la cabeza precisamente de la única actriz que hay en escena. Esta propuesta desarrolla una etapa personal de la misma, llevando los lenguajes del cuerpo y de la voz a expresar lo que dice sumente.
La conciencia le lleva a un juego profundo y liberador. Se exponen los sentimientos más hondos de la actriz mediante textos escritos por ella y que los expone de diversa manera
dividiéndose en tres partes. En la primera predomina el cante, en la segunda, la interpretación y en la tercera, la danza.
La mente y sus pensamientos se ponen de manifiesto en EGO apartir de esas imágenes abstractas que nos llegan.
EGO las traslada a escena: en una puesta en escena que busca la multidisciplinariedad como vehículo para llegar al público actual de manera que la meta es la consciencia como finalidad en la creación. Estas figuras se observan bien diferenciadas en las tres partes que completa la obra. Si bien esto forma parte del campo de la psicología, el otro campo muy importante desde el que se construye este signo artístico: el flamenco.