Supone un regreso a la Tragedia Griega para Atalaya. Sus anteriores montajes –Elektra, Medea y Ariadna– han marcado el lenguaje teatral de Atalaya. La compañía lleva 25 años adaptando grandes textos del teatro clásico universal sin perder su reconocido lenguaje contemporáneo que comenzó hace casi cuatro décadas. Elektra posee una fuerte carga emotiva debido a que su leit motiv esencial ha perdurado a través de los tiempos: la venganza, que ha sido y sigue siendo el origen de muchos conflictos a lo largo de la historia de la Humanidad.
El objetivo al abordar este mito es generar en el público un interrogante en torno a la venganza y al tiempo transmitir al espectador emociones ajenas a las cotidianas; no se trata de contar la historia de Elektra ni de que el espectador se identifique con algún personaje, sino de provocar en el espectador la catarsis que promueva sensaciones que no puede experimentar en ningún otro lugar o evento de la vida cotidiana.