Un político demagogo con discurso populista y facilón que hará las delicias del respetable. Un colorista y ambicioso mandatario que tratará a sus “votantes” como niños para poder conseguir lo más ansiado: el poder. Un político con soluciones, regalos, promesas y teorías que nadie podrá rechazar. El mitín definitivo convertido en el mejor de los espectáculos. Un lobo con piel de cordero que propondrá el más infalibre de los sistemas. La solución a todos los problemas: Un dictador buena gente.