Cía. TEATRO CLÁSICO DE SEVILLA.
Buscón, es una de las novelas fundamentales de la picaresca española. Su autor Francisco de Quevedo retrata las andanzas, gracias y, sobre todo, desgracias de un joven llamado Pablos que intenta subir desde su mísera escala social y alcanzar el rango de caballero. Somos un país de pícaros, se sigue oyendo cotidianamente. Y lo damos por válido sin entrar en el fondo del asunto. Desde esta premisa también se puede trabajar sobre el texto como un pícaro más: arramplar, construir, refundir, deconstruir, romper, enlazar, pegar, inventar, recopilar. Todo clásico siempre se ve desde los ojos de la época del espectador que lo lee o contempla. Y aunque lo intente llevará en su bagaje la perspectiva de las desventuras actuales, las hambrunas africanas, las migraciones desesperadas, las imágenes de las pateras cruzando el estrecho. La aldea global, la intercomunicación, un mundo al alcance de la mano. También esos sucesos históricos que ha vivido y que le dan otro giro histórico: las torres gemelas, el 11M, la guerra del golfo. Todo suma, uno no puede sustraerse y sentirse un espectador virginal del siglo XVII. Queramos o no estamos en nuestro tiempo y desde él observamos el pasado.