El caballero de Olmedo es una historia de amor truncada por los celos. Solo la prolífica pluma de Lope de Vega podía dar tal belleza al defecto congénito de este país: la ENVIDIA.
El odio al foráneo, al triunfo ajeno, al amor y la felicidad del prójimo nos condena inevitablemente a la tragedia más absoluta. A la tragedia como destino vital por decisión propia. Esta desgracia en la vida real es todo un filón en la teatral. No podemos sino aprovecharla. Y Lope lo hace...
Como referente en la propuesta escénica que van a ver: el MURO. Ese muro que nos impide ver más allá de nuestras debilidades; ese muro que impide que avancemos, individual y colectivamente.
Un muro que siempre está presente... un muro para defendernos... un muro para encerrarnos.
Este caballero sin caballo busca romper muros... ¿estás preparado?
Arriba el telón.