En el espectáculo se manifiestan ecos jondos donde el Siglo de Oro y la actualidad se dan la mano a través del humor y la ironía que rezuma del propio texto acentuándolo con toques de bulerías, fandangos o soleares...
El Lazarillo de Tormes, la adaptación de una de las novelas más importantes de la cultura española, en la que no sólo está presente el teatro, sino también la música. El texto y la melodía se fusionan para sorprender al espectador, además de narrarles la sociedad castellana del siglo XVI.
La voz del Lazarillo de Tormes se representa a través de Antonio Campos escenificando la clase baja y vagabunda de una época. Un antihéroe pregonero y astuto, un pícaro que pasando de amo en amo sufría la hambruna del pobre Siglo de Oro.
Afortunadamente y a pesar de todo, consiguió una vida más llevadera, es en ese momento de su vida donde Lázaro resume su visión de la realidad, y se presenta como un insignificante “don nadie”.