De WILLIAM SHAKESPEARE.
Dirección: Eduardo Vasco.
Una obra en la que se supone que el amor, todo tipo de amor, triunfa sobre la crueldad y la malicia, una conclusión muy del gusto renacentista. La mezcla de géneros convierten el argumento dramático en un eficaz instrumento para entretener y apasionar al espectador, y así del momento más dramático podemos pasar al más distendido en la misma escena. Es un canto a la belleza y a la inteligencia, a la sensibilidad frente a la rudeza, al desinterés ante la codicia. Una obra en la que la manera de mirar el mundo que se nos propone puede ser optimista frente al interés y a la obsesión por el dinero que parece gobernarlo todo. Una obra para todas las épocas. Bassanio, enamorado de Porcia, pide una gran cantidad de dinero a Antonio para poder pretenderla. Con todo su dinero invertido en cargamentos marítimos, Antonio debe pedir, a su vez, la cantidad a un prestamista judío al que detesta. Este incluye una extraña cláusula en la que exije una libra de su carne de Antonio si el dinero no es devuelto en la fecha acordada. Poco tiempo después todo se complica: parece que los barcos que llevaban los cargamentos de Antonio han naufragado.