Todo se desarrolla en una noche en la que se reúne a cenar un grupo de amigos, de esos que difícilmente pierden el sentido del humor, el deseo de divertirse y pasarlo bien. Pero, en esta ocasión, una simple respuesta sobre el nombre de un bebé provocará el descenso irrefrenable a situaciones cercanas a la tragedia, a un escenario imprevisto para este grupo, capaz de acabar con años de férrea amistad. El Nombre, así entonces, se convierte en un laboratorio sobre la hipocresía y la mezquindad humanas; sobre cómo, en la sociedad de hoy, prejuzgamos a quien se atreve a mirar hacia un lado que nos pueda incomodar.