Esta tragicomedia cuenta las aventuras y desventuras de Mónica, una argentina cincuentona afincada en España, que se gana la vida echando las cartas por teléfono, que ha adoptado a su sobrina y, que tiene una manera muy particular de enfrentarse a su vida y a sus propios miedos. Aun estando a punto del desahucio, ella siempre confía en sus santos: San Pancracio, San Agustín y San Tander.