He aquí el cordero que asume los pecados
Cía La Lecherita (Sevilla)
Qui non est cum Mantum contra Mantun est.
Veintiún años, o una vida entera, consagrados a la custodia y la defensa, con todas las fuerzas y por encima de todo, de una reliquia.
El Racimo es una máquina perfecta donde todo está bajo control: la felicidad y el dolor, la resignación y la esperanza de cinco mujeres. Todo funciona cuando existe una adhesión total a las reglas. No hay espacio para la conciencia individual, sólo para la culpa ante cualquier error que pudiese poner en peligro al grupo.
¡Horror vacui! Trabajo, trabajo y trabajo. Nunca un minuto libre, nunca una opinión sincera, nunca la expresión de un deseo propio. Sacrificio. Perseverancia. Fortaleza.
Un elemento extraño al grupo podría convertirse en su Salvador en la enenésima edición de las Olimpiadas de la Caridad Cristiana. ¡Ganar la Copa Magna! Éste puede ser el año en el que queden primeras. Y La Espiga segundas. En Roma no se hace otra cosa que hablar de esto.
En tono de comedia negra El Racimo habla de la sociedad, de la lealtad incondicional al grupo y del tratamiento de lo extraño, del diferente.