Dirigida por Carlos Olalla.
Con Luis Mottola y Arantxa Minguens.
Aborda los desconciertos en las relaciones de pareja. Y lo hace en un tono de comedia alegre y despreocupado, pero sin quedarse flotando en lo superficial. Más bien al contrario, entre carcajada y carcajada, el amor, y la pareja con él, se hunde sin remedio, en dirección hacia el fondo y arrastrándonos con él.
¿Por qué Rita y César se aman, pero, especialmente, cuando están separados?, ¿por qué no se soportan cuando están juntos?, ¿es la convivencia, de verdad, el mejor terreno de juego para el amor?, ¿cómo afecta el paso del tiempo a nuestras relaciones? Y la sinceridad… ¿de verdad es bueno contarse todo?
Todas las preguntas están contenidas en la función. Como buen teatro que es, no incluye las respuestas, pero sí una invitación para que nos pongamos a buscarlas… si podemos parar de reír.
La versión 2024 de ‘El Submarino’ es también un viaje en el tiempo. En un nuevo mundo de igualdad, feminismo y diversidad, esta propuesta avanza un paso más y añade un tinte de irrealidad, encapsulando la acción en un espacio recluido, cerrado y asfixiante, como el de un submarino que navega bajo las aguas, y creando distancia entre el hoy y el ayer.