SI YO FUERA MADRE Y EX. EL FINAL DEL SIMULACRO FUERON LAS DOS
PRIMERAS ENTREGAS DE LO QUE SE CONVERTIRÁ, CON LA PRESENTACIÓN DE EL TIEMPO DEL HIJO, EN UNA ARRIESGADA TRILOGÍA AUTOFICCIONAL DONDE DAVID MONTERO PROFUNDIZA EN SUS SEÑAS DE IDENTIDAD
En esta ocasión, el dramaturgo parte de la muerte de su madre un mes antes de estrenar su obra anterior, EX. El final del simulacro, para volver su mirada sobre otro de los grandes asuntos del presente: la disolución del estado de bienestar y su efecto más acusado en las personas mayores.
Si en las dos piezas anteriores Montero se había convocado a sí mismo como padre fallido o exmarido, en esta ocasión, comparece en el lugar que le deja esa muerte: el de hijo, ya para siempre. Y por eso, del mismo modo que en las obras anteriores se acompañaba de las personas reales vinculadas a las heridas que nombraba, en esta ocasión estará inevitablemente solo para nombrar una ausencia ya irreparable.