LAS NIÑAS DE CÁDIZ
Dos amigas: Vero y Mariola. Dos amigas tan amigas que son hermanas. Unidas desde la infancia por un amor y una fidelidad inquebrantable. Compartiendo todo: juguetes, ropa, cigarros, colorete… Solo una sombra sobre su amistad: “Mientras que una crecía confiada mimada por la vida y sonriente La otra se sentía desgraciada…”
El nuevo espectáculo de Las niñas de Cádiz es una reflexión, lúdica y “jonda” a la vez, sobre la suerte. Sobre los celos y la culpa, las pasiones y los amores prohibidos. Muchos de los grandes temas de la tragedia están presentes en su obra: el enfrentamiento del ser humano con la divinidad, en un pulso que solo puede conducir a la destrucción de los seres más queridos por haber osado cuestionar a los dioses; el destino inevitable de las heroínas, arrastradas por pasiones que siempre vencen a cualquier razonamiento; el mensajero que trae consigo solo noticias aciagas; la voz del pueblo, que observa expectante, y que comenta en voz alta la debacle de las dos amigas, la destrucción de dos vidas que parecían solo una. Todo ello en verso, recitado o cantado, marcando el ritmo impasible de la tragedia. Estrofas denominadas “cultas” por la tradición literaria como el soneto, la lira, los tercetos, los pareados, la décima… Y otras más populares como el romance, la quintilla, o las cuartetas típicas del romancero carnavalesco gaditano…
En el teatro de Las niñas de Cádiz siempre hay un empeño en fusionar lo culto con lo popular, es un terreno que les apasiona y enriquece, y al que no quieren renunciar. Al igual que no quieren renunciar al humor, un humor trágico si se quiere, pero humor, siempre presente en su mundo, como una forma de mirar la vida desde un lugar que les ayuda a sobrellevarla. El humor como herencia de la tierra de donde vienen, y a la que siempre vuelven, inevitablemente: Cádiz
Dirección Ana López Segovia (con la colaboración de José Troncoso) Texto Ana López Segovia Intérpretes Alejandra López, Teresa Quintero, Rocío Segovia y Ana López Segovia Iluminación Agustín Maza Liñán Espacio sonoro Mariano Marín Vestuario Miguel Ángel Milán