"Elektra" posee una fuerte carga emotiva debido a que su "leit motiv" esencial ha perdurado a través de los tiempos: "la venganza", que ha sido y sigue siendo el origen de muchos conflictos a lo largo de la historia de la Humanidad. El objetivo al abordar este mito es generar en el público un interrogante en torno a la venganza y, al mismo tiempo, transmitir al espectador emociones ajenas a las cotidianas; no se trata de contar la historia de "Elektra" ni de que el espectador se identifique con algún personaje, sino de provocar en él una catarsis que promueva sensaciones que no puede experimentar en ningún otro lugar o evento de la vida cotidiana. El coro es quien marca, durante la práctica totalidad de la obra, el ritmo y el tono emocional. En este sentido, los cánticos étnicos y las coreografías adquieren una potencia por encima de los propios personajes. La interpretación coral es santo y seña muy reconocible en el lenguaje de Atalaya.