Enlorquecidas hace un recorrido desde una energía sombría, llena de colores oscuros, hasta la aparición de colores vivos, como símbolo de libertad. Bernarda Alba ya dijo “Ojalá tardéis muchos años en pasar el arco de mi casa” y Julieta en El Público “No he tropezado con una amiga en todo el tiempo, a pesar de haber cruzado más de tres mil arcos vacíos”. Esta obra invita, precisamente, a un viaje a través del “arco”. Un arco que nos llama hacia el cambio. Un camino que se muestra a través de las mujeres y sus ropas, y de sillas en movimiento, que forman parte de ese mundo sin luz. Elementos que ayudan a estas mujeres atemporales en su transformación a lo largo de la obra. Todo ello acompañado en directo por una guitarra flamenca.