De Federico Garcia Lorca.
Nos hallamos ante la búsqueda de un discurso feminista radical, es decir, que intenta viajar a la raíz: al poner en boca de hombres actores y bailarines las palabras de Federico (en numerosas ocasiones sus personajes manifiestan el deseo
de ser hombres para poder gozar de libertad) se evidencia la fragilidad de la mujer ante la visión dominante del orden heteropatriarcal y su gestión del mundo a través del miedo. Esto no es La casa de Bernarda Alba es una paradoja en
homenaje a Magritte.
Se abre el telón. En un museo se exhibe la obra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Un conjunto de hombres artistas construye una serie de instalaciones plásticas y escenas performativas a partir de la fábula que nos legó
el poeta, encarnando los roles femeninos y desafiando así la norma establecida de que los personajes femeninos han de ser interpretados por mujeres.
Eusebio Poncela, en la piel de Bernarda, encabeza un reparto en el que son hombres los encargados de encarnar los principales roles femeninos: Igor Yebra como Josefa; Óscar de la Fuente como Poncia, Jaime Lorente como Adela, David Luque como Angustias, Guillermo Weickert como Criada, Arturo Parrilla como Magdalena y Diego Garrido como Martirio. La actriz Julia de Castro interpreta a Amelia.
Así se acercan la directora Carlota Ferrer (codirectora del Corral de Comedias y Premio Ojo Crítico de Teatro 2005) y el dramaturgo José Manuel Mora (Premio SGAE, Premio Max de Teatro, Premio Marqués de Bradomín) a esta versión del
clásico de Federico García Lorca.Esta visión de La casa de Bernarda Alba en su envés, propone un canto a la libertad desde la imaginación creadora donde se fusionen imagen, poesía, música y danza.
Intérpretes: Eusebio Poncela, Óscar de la Fuente, Igor Yebra, Jaime Lorente,
David Luque, Julia de Castro, Guillermo Weickert, Arturo Parrilla, Diego Garrido