39 FESTIVAL DE TEATRO DE MÁLAGA
Fariña no permite al espectador acomodarse en la butaca. A una imponente descarga le suceden conversaciones entre chicos y vecinos de los pueblos, que compran, consumen y manejan con soltura el famoso “Winston de batea”. El fenómeno ya está en marcha. Los actores entran y salen de escena en la piel de decenas de personajes: un alcalde corrupto dispuesto a financiar una verbena, los vecinos más jóvenes que prueban la mercancía a escondidas… El salto al narcotráfico ocurre en el escenario con la misma soltura con la que tuvo lugar en la realidad. De pronto se escuchan acentos colombiano y marroquí, percusión y canciones, bromas y bravuconadas. Las drogas toman el control… Y llega la tragedia en forma de madres, chicos hundidos y operaciones policiales. Un viaje en el tiempo con una eficacia inédita.