Federico, en carne viva es un texto sobrecogedor. Nos muestra al hombre que fue.
Ya conocemos el mito, ya conocemos al autor andaluz más conocido internacionalmente, ya conocemos a Lorca. Pero ¿quién era Federico? ¿Cuáles eran sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones? Este fragmento onírico, sobre una conversación entre dos personajes reales, dos personajes cuya relación iba más allá de la laboral, esa admiración el uno el otro, ese respeto a la persona y ese amor por la amistad que le unía sirve como excusa para observar como Federico amó hasta la muerte, como su centro de inspiración era una bella cárcel de oro, como deseó ser reconocido por sus comedias imposibles. Federico, ¿Cuántas cosas te quedaste por contarnos? Viajaré por tus paisajes para poder pisar sobre tus huellas, intentando alcanzar con ello, aunque sólo sea rozar de perfil, tu alma libre.