LA VERONAL, EN SU MEJOR MOMENTO CREATIVO, SE DIRIGE A LA ADOLESCENCIA PARA HABLAR SOBRE EL DOLOR DE LA PÉRDIDA, PERO TAMBIÉN SOBRE LA ESPERANZA EN LO QUE HA DE VENIR: SE ACABA UN MUNDO Y EMPIEZA OTRO.
Expulsadas de la niñez, las personas que atraviesan la adolescencia añoran el tiempo de los juegos y, a la vez, se ilusionan con el abanico de posibilidades que se abre ante sus ojos. Viven un momento de cambio durante el cual se definirá la forma en que ven el mundo y se establecerá la importancia que tendrá para ellos el mundo material o el emocional. La Veronal y Marcos Morau invitan al público a emplear la intuición, a activar la memoria y los sentidos para adentrarse en el laberinto que suponen los espectáculos de la compañía. ¿Qué estamos viendo? ¿Dónde está la salida de este laberinto? Utilizando un lenguaje que desafía la lógica y nos sumerge en el desconcierto, el misterio y la reflexión.