La conocida cantante de ópera Florence Foster, junto a su fiel pianista Cosmé McMoon, está a punto de cumplir su sueño de cantar en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York. Todo está preparado en el escenario y hacen los últimos chequeos. Las entradas se han acabado hace más de dos semanas y los fans se agolpan en la entrada enloquecidos. Todo es perfecto, si no fuera porque ella canta peor que un cuco loco.