EL BÉJART BALLET CELEBRA LA JUVENTUD BAILANDO AL RITMO DE QUEEN Y MOZART
Maurice Béjart revolucionó la danza expandiéndola hasta audiencias que habían permanecido ajenas a ella. Para democratizarla y liberarla de su imagen de arte elitista y reservado a una minoría.
Béjart, un brillante coreógrafo que aspiraba a un arte total ecléctico y cosmopolita, no dudó en combinar ingredientes tan aparentemente antagónicos como la música de Mozart con la de Queen. Así ocurre en Le Presbytère n’a rien perdu de son charme, ni le jardín de son éclat, una pieza de 1996 concebida como un doble homenaje al cantante Freddie Mercury y al bailarín argentino Jorge Donn, principal bailarín del Ballet del siglo XX y del Béjart Ballet Lausanne, fallecidos por sida, ambos, a los 45 años. Béjart los homenajea con un ballet que no habla con pena ni tragedia del duelo, sino que invoca la juventud y la esperanza.
“Una historia de amor con la música de Queen. Invención, violencia, humor, amor: todo está ahí. Me encanta el grupo. Me inspiran y me guían, a veces por esta tierra de nadie donde todos iremos algún día y donde, estoy seguro, Freddie Mercury está tocando a dúo al piano con Mozart”. Maurice Béjart.
Gil Roman, director artístico del Béjart Ballet Lausanne desde el fallecimiento de su fundador en 2007, sigue perpetuando el repertorio de la compañía y enriqueciéndolo con sus creaciones.